Este libro recoge testimonios de esa época. Al recorrerlo uno revive un rasgo de esa juventud universitaria que puede olvidarse fácilmente, pero que fue determinante en nuestra historia. Los jóvenes investigadores de los que aquí se trata, creían apasionadamente en la necesidad de implantar la ciencia en nuestro país. En ese empeño jugaban su vida. Y no creían en la ciencia como un instrumento de poder o de riqueza, sino como una manera de llevar a plenitud su vocación humana. Creo que fue esa