A fines de los años noventa; una ola de suicidios conmovió a Las Heras; un pequeño pueblopetrolero de la provincia de Santa Cruz. La mayoría de los muertos tenía alrededor de veinticincoaños y eran habitantes emblemáticos de la ciudad; hijos de familias modestas pero tradicionales.Sin embargo; la lista oficial de esos suicidios nunca fue confeccionada.Leila Guerriero viajó a este desolado paraje de la Patagonia; habló con los familiares y amigos de lossuicidas; recorrió las mismas calles y visitó cada rincón del pueblo. El resultado es este relatodescarnado y preciso que no solo reconstruye los episodios trágicos de esos años sino que tambiénpinta magníficamente la vida cotidiana de una comunidad alejada de las grandes ciudades.Las Heras; con su magma de desempleo y falta de futuro para los jóvenes; es un enigma cuyaresolución dista de ser definitiva: los suicidios; como un destino funesto; se sucedieron durantemucho tiempo. Esta es una crónica inquietante que se lee con fascinación y que devela una realidadmarcada por el horror; los prejuicios y la indiferencia.